Misa del Domingo de Pascua
El Ángel les dijo: No os asustéis: buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado; ha resucitado. He resucitado, y aún estoy contigo, aleluya; pusiste sobre Mí Tu mano, aleluya: maravillosa se mostró Tu ciencia, aleluya, aleluya. — Salmo: Señor, Me probaste, y Me has conocido: has conocido Mi abatimiento y Mi resurrección. Oh Dios, que, vencida la muerte por Tu Hijo unigénito, nos has abierto hoy la puerta de la eternidad: nuestros votos que Tú previenes con Tu inspiración, prosíguelos también con Tu ayuda. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Lección de la Epístola del Apóstol San Pablo a los Corintios (V, 7-8). Este es el día que hizo el Señor: gocémonos y alegrémonos en Él. Alabad al Señor, porque es bueno; porque Su misericordia es eterna. Aleluya, aleluya. Cristo, nuestra Pascua, fué inmolado. A la victima pascual alabanzas inmolen los cristianos. Continuación del Santo Evangelio según San Marcos (XVI, 1-7). Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado, aleluya; comamos, pues, con ázimos de sinceridad y de verdad. Aleluya, aleluya, aleluya. Infúndenos, Señor, el espíritu de Tu caridad; para que a los que has saciado con los sacramentos pascuales, los unifiques en Tu piedad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Introito
Colecta
Epístola
Hermanos, arrojad el viejo fermento, para que seáis nueva masa, ya que sois ázimos. Porque Cristo, nuestra Pascua, fué inmolado. Comamos, pues, no con vieja levadura, ni con levadura de malicia y de perversidad, sino con ázimos de sinceridad y de verdad.Gradual
Secuencia
El Cordero redimió a las ovejas: Cristo, inocente, reconcilió con el Padre a los pecadores.
La muerte y la vida lucharon en duelo sublime; muerto el Rey de la vida, reina vivo.
Dinos, tú, María: ¿qué viste en el camino?
El sepulcro de Cristo viviente: y la gloria vi del resurgente.
Los testigos angélicos, el sudario y los vestidos.
Resucitó Cristo, mi esperanza; precederá a los Suyos en Galilea.
Sabemos que Cristo ha resucitado realmente de entre los muertos; Tú, victorioso Rey, ten piedad de nosotros. Amén. Aleluya.Evangelio
En aquel tiempo María Magdalena y María, madre de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a ungir a Jesús. Y muy de mañana, al día siguiente del sábado, fueron al monumento salido ya el sol. Y decían entre sí: ¿Quién nos separará la piedra de la puerta del sepulcro? Y, mirando, vieron separada la piedra, que era muy grande. Y, entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con traje blanco, y se asustaron. Pero él las dijo: No os asustéis: buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado; ha resucitado, no está aquí, he ahí el sitio donde Le pusieron. Pero id, decid a Sus discípulos y a Pedro, que os precederá en Galilea; allí Le veréis, como os lo dijo.Comunión
Poscomunión