Viernes de Pascua
Los sacó el Señor con esperanza, aleluya: y a sus enemigos los ahogó en el mar. Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo: Atiende, pueblo mío, a mi ley: inclina tu oído a las palabras de mi boca. V. Gloria al Padre. La Pascua es la reconciliación del hombre con Dios, pues el Padre no puede rehusar nada a un vencedor como su Hijo resucitado. L a Iglesia pide en la Colecta que permanezcamos siempre dignos de tan bella alianza, conservando fielmente en nosotros el sello de la regeneración pascual. Omnipotente y sempiterno Dios, que nos has dado el misterio pascual como pacto de la reconciliación humana: concede a nuestras almas la gracia de imitar con obras lo que celebramos con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Lección de la Epístola del Ap. S. Pedro (I Pet., III. 18-22). Este es el día que hizo el Señor: gocémonos y alegrémonos en él. V. Bendito el que viene en nombre del Señor: el Señor es Dios, y nos ha iluminado. Aleluya, aleluya. V. Decid a las gentes: que el Señor ha reinado desde el madero. A la victima pascual alabanzas inmolen los cristianos. Continuación del santo Evangelio según San Mateo (XXVIII, 16-20). JESÚS VIVE EN LA IGLESIA. — En este pasaje del Evangelio, San Mateo, el evangelista que más brevemente cuenta la Resurrección del Salvador, resume en pocas palabras las relaciones de Jesús resucitado con sus discípulos en Galilea. Fué allí donde apareció visible no solamente a los Apóstoles sino también a otras muchas personas. El evangelista nos muestra al Salvador dando a sus Apóstoles la misión de ir a predicar su doctrina por el mundo entero; y como él no volverá a morir, se compromete a permanecer con ellos hasta el fin de los siglos, Pero los Apóstoles no vivirán hasta el último día del mundo; ¿como, pues, se cumplirá la promesa? Es que los Apóstoles, como hemos dicho, se perpetúan en la Iglesia; su testimonio y el de la Iglesia se entrelazan de modo indisoluble; y Jesucristo vela para que este testimonio único sea tan fiel como ininterrumpido. Hoy mismo tenemos a la vista un monumento de su valor incontrastable. Pedro y Pablo predicaron en Roma la Resurrección de su Maestro y pusieron allí los fundamentos del cristianismo; cinco siglos más tarde, la Iglesia, que no había dejado de ampliar sus conquistas, recibía como en parias de manos de un emperador el templo vacío y despojado de todas las falsas deidades y el sucesor de Pedro le dedicaba a María, la Madre de Dios, y a toda la legión de testigos de la Resurrección que se llaman los Mártires. La rotonda de este vasto templo reúne hoy “a la asamblea de los fleles. En este edificio, que vió extinguirse el fuego de los sacrificios paganos por falta de combustible, y que después de tres siglos de abandono, como para expiar su pasado impío, purificado ahora por la Iglesia, recibe dentro de sus muros al pueblo cristiano, los neófitos no pueden menos de exclamar: “Verdaderamente resucitó Cristo, pues, después de haber muerto en una cruz, triunfa de esta manera de los Césares y de los dioses del Olimpo.'” Me ha sido dada toda potestad en el cielo y en la tierra, aleluya: Id y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Aleluya, aleluya. Suplicárnoste, Señor, mires a tu pueblo: y, al que te has dignado renovar con misterios eternos, absuélvele benigno de las culpas temporales. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. (TIEMPO PASCUAL – Año Litúrgico – Dom Prospero Gueranger, VIERNES DE PASCUA)
Introito
Colecta
Epístola
Carísimos: Cristo murió una vez por nuestros pecados, el Justo por los injustos, para ofrecernos a Dios; murió, ciertamente, según la carne, pero fué vivificado en el Espíritu. En el cual fué también y predicó a los espíritus que estaban encarcelados: los cuales fueron incrédulos en otro tiempo cuando los esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se fabricaba el arca en la que se salvaron del agua unos pocos, es decir, ocho personas. De un modo parecido os ha salvado también ahora a vosotros el Bautismo, no quitando las manchas del cuerpo, sino purificando la conciencia delante de Dios, por la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, que está a la diestra de Dios.Gradual
Secuencia
El Cordero redimió a las ovejas: Cristo, inocente, reconcilió con el Padre a los pecadores.
La muerte y la vida lucharon en duelo sublime; muerto el Rey de la vida, reina vivo.
Dinos, tú, María: ¿qué viste en el camino?
El sepulcro de Cristo viviente: y la gloria vi del resurgente.
Los testigos angélicos, el sudario y los vestidos.
Resucitó Cristo, mi esperanza; precederá a los Suyos en Galilea.
Sabemos que Cristo ha resucitado realmente de entre los muertos; Tú, victorioso Rey, ten piedad de nosotros. Amén. Aleluya.Evangelio
En aquel tiempo los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que les había señalado Jesús. Y, al verle, le adoraron: pero algunos dudaron. Y, acercándose Jesús, les dijo: Me ha sido dada toda potestad en el cielo y en la tierra. Id, pues, y enseñad a todas las gentes: bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo: enseñándolas a guardar todo cuanto os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días, hasta la consumación del mundo.Meditación
Comunión
Poscomunión