Martes de Pascua


Jésus apparaît aux Apôtres, O.D.M.

Introito

Les dió a beber el agua de la sabiduría, aleluya: ésta se fijará en ellos, y no se apartará, aleluya: y los ensalzará para siempre, aleluya, aleluya. — Salmo: Alabad al Señor e invocad su nombre: anunciad entre las gentes sus obras. V. Gloria al Padre.

Colecta

Oh Dios, que multiplicas tu Iglesia con una prole siempre nueva: haz que tus siervos conserven en su vida el sacramento que han recibido con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Epístola

Lección de los Hechos de los Apóstoles (XIII, 16. 26-33).
En aquellos días, levantándose Pablo, e imponiendo silencio con la mano, dijo: Varones hermanos, hijos de la raza de Abraham, y los que temen a Dios entre vosotros, a ;vosotros se os envía este mensaje de salud. Porque los que habitaban en Jerusalén, y sus príncipes, desconociendo a Jesús, y las voces de los Profetas, que se leen todos los sábados, juzgándole, las cumplieron y, no encontrando en él ninguna causa de muerte, pidieron a Pilatos autorización para matarle. Y, habiendo cumplido todo lo escrito acerca de él, bajándole del madero, le pusieron en un sepulcro. Pero Dios le resucitó de entre los muertos al tercer día: y fué visto durante muchos días, por los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, los cuales son hasta hoy día sus testigos ante el pueblo. También nosotros os anunciamos la promesa hecha a nuestros padres: porque Dios la cumplió en nuestros hijos, resucitando a Nuestro Señor Jesucristo.

Meditación

LA FE EN LA RESURRECCIÓN. — Este discurso que el gran Apóstol pronunció en Antioquía de Pisidia, en la Sinagoga de los judíos, nos muestra que el Doctor de los Gentiles seguía en sus enseñanzas el mismo método que el Príncipe de los Apóstoles. El punto capital de su predicación era la Resurrección de Jesucristo: verdad fundamental, hecho supremo, que garantiza toda la misión del Hijo de Dios sobre la tierra. No basta creer en Jesucristo crucificado, si no se cree en Jesucristo resucitado; en este último dogma es donde está contenida toda la fuerza del cristianismo, así como sobre este hecho, el más incontestable de todos, descansa la certeza completa de nuestra fe. Así pues, ningún acontecimiento realizado aquí abajo puede compararse con aquel cuanto a la impresión que ha producido. Ved al mundo entero conmovido en estos días, al congregar la Pascua a tantos millones de hombres de toda raza y de todos los climas. Hace diez y nueve siglos que Pablo descansa en la Vía Ostiense; ¡cuántas cosas han desaparecido de la memoria de los hombres a pesar del mucho ruido que hicieron en su tiempo, desde que esta tumba recibió por vez primera los despojos del Apóstol! La ola de persecuciones anegó a la Roma cristiana durante más de doscientos años; hasta fué necesario, en el siglo ra, desplazar por un tiempo estos huesos y ocultarlos en las Catacumbas. Viene después Constantino que elevó esta basílica y erigió este arco triunfal cerca del altar bajo del cual reposa el cuerpo del Apóstol. Desde entonces, ¡cuántos cambios, cuántos trastornos de dinastías, de formas de gobierno se han sucedido en nuestro mundo civilizado y fuera de él! Nada permanece inmutable sino la Iglesia eterna. Todos los años, desde hace más de 1.500, se dirige a leer en la Basílica de San Pablo, cabe su tumba, este mismo discurso en que el Apóstol anuncia a los judíos la Resurrección de Cristo. Ante esta perpetuidad, ante esta inmutabilidad hasta en los detalles más secundarios, digamos también nosotros: Cristo ha resucitado verdaderamente; él es el Hijo de Dios, porque jamás ningún otro hombre señaló tan profundamente su mano en las cosas de este mundo visible.

Gradual

Aleluya, aleluya. V. Resucitó del sepulcro el Señor, que pendió por nosotros en el madero.

Secuencia

A la victima pascual alabanzas inmolen los cristianos.
El Cordero redimió a las ovejas: Cristo, inocente, reconcilió con el Padre a los pecadores.
La muerte y la vida lucharon en duelo sublime; muerto el Rey de la vida, reina vivo.
Dinos, tú, María: ¿qué viste en el camino?
El sepulcro de Cristo viviente: y la gloria vi del resurgente.
Los testigos angélicos, el sudario y los vestidos.
Resucitó Cristo, mi esperanza; precederá a los Suyos en Galilea.
Sabemos que Cristo ha resucitado realmente de entre los muertos; Tú, victorioso Rey, ten piedad de nosotros. Amén. Aleluya.

Evangelio

Continuación del santo Evangelio según San Lucas (24, 36-47).
En aquel tiempo se presentó Jesús en medio de sus discípulos, y díjoles: Paz a vosotros: yo soy, no temáis. Pero ellos, turbados y asustados, creían ver un fantasma. Y díjoles: ¿Por qué os turbáis, y suben estos pensamientos de vuestros corazones? Ved mis manos y mis pies, porque soy yo mismo: palpad y ved: porque el espíritu no tiene carne y huesos, como véis que tengo yo. Y, habiendo dicho esto, les mostró las manos y los pies. Pero, dudando todavía ellos, y admirándose de gozo, les dijo: ¿Tenéis aquí algo que comer? Y ellos le ofrecieron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y, habiendo comido delante de ellos, tomando las sobras, se las dió a ellos. Y díjoles: Estas eran las palabras que os decía, cuando todavía estaba con vosotros, porque era necesario que se cumplieran todas las cosas escritas acerca de mí en la Ley de Moisés, y en los Profetas, y en los Salmos. Entonces les abrió el sentido, para que entendieran las Escrituras. Y díjoles: Porque así estaba escrito, y así convenia que Cristo padeciese, y resucitase al tercer día de entre los muertos, y se predicase en su nombre la penitencia y el perdón de los pecados a todas las gentes.

Comunión

Si resucitasteis con Cristo, buscad las cosas celestiales, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios, aleluya: gustad lo de arriba. Aleluya. Unida a los deseos del Apóstol, pide la Iglesia para sus nuevos hijos, que acaban de participar del Misterio Pascual, la perseverancia en la vida nueva, de la que es principio y medio este divino sacramento.

Poscomunión

Oh Dios omnipotente, haz que la virtud del Misterio Pascual del que participamos, permanezca siempre en nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor.

(TIEMPO PASCUAL – Año Litúrgico – Dom Prospero Gueranger, MARTES DE PASCUA)